Instructivo sobre cómo rezar el Santo Rosario
Desde Foro V SUIS:
0- Parte inicial.
1- Señal de la Cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
2-
Credo (abreviado; símbolo de los Apóstoles): Creo en Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y en Jesucristo, su
único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo, y nació de Santa María Virgen. Padeció bajo del poder de
Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los
infiernos, y al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los
cielos, y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde
allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el
Espíritu Santo, en la Santa Iglesia católica, en la comunión de los
Santos, en el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y la
vida eterna (o perdurable). Amén.
3- Padre Nuestro: Padre nuestro que
estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu
reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan
nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras deudas, así como
nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la
tentación, más líbranos del mal (o del maligno). Amén.
4- Tres Aves Marías:
Por aumento de la FE:
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Por aumento de la ESPERANZA:
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Por aumento de la CARIDAD:
Dios te
salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
5- Gloria: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
I- Primer Tercio: Los Misterios Gozosos.
1- El primer misterio gozoso es la Anunciación a la Santísima Virgen María, y la Virtud es la humildad.
Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el
cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras
deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes
caer en la tentación, más líbranos del mal (o del maligno). Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
El segundo misterio gozoso es la visitación de María a su prima Santa
Isabel, y la virtud es la verdadera caridad con nuestros prójimos.
Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el
cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras
deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes
caer en la tentación, más líbranos del mal (o del maligno). Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
El tercer misterio gozoso es la natividad de nuestro Señor Jesucristo, y
la virtud es el desprendimiento de las cosas del mundo, desprecio a la
riqueza y el amor a la pobreza.
Padre nuestro que estás en los
cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu
voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día
dánosle hoy, y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a
nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos
del mal (o del maligno). Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
El cuarto misterio gozoso es la
presentación del niño Jesús en el Templo, y la purificación de su Santa
Madre, y la virtud es la pureza del cuerpo y el alma.
Padre nuestro
que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu
reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan
nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras deudas, así como
nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la
tentación, más líbranos del mal (o del maligno). Amén.
Dios te salve
María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora
de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito
es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
El quinto misterio gozoso es la encontrada de nuestro Señor en el Templo, y la virtud es la divina sabiduría.
Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el
cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras
deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes
caer en la tentación, más líbranos del mal (o del maligno). Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
II Tercio: Los misterios dolorosos.
El primer misterio doloroso es la agonía en el jardín, y la virtud es la contrición de nuestros pecados.
Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el
cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras
deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes
caer en la tentación, más líbranos del mal (o del maligno). Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
El segundo misterio doloroso es la flagelación, y la virtud es la mortificación de nuestros sentidos.
Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el
cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras
deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes
caer en la tentación, más líbranos del mal (o del maligno). Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
El tercer misterio doloroso es la coronación de espinas, y la virtud es el aborrecimiento del respeto humano.
Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el
cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras
deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes
caer en la tentación, más líbranos del mal (o del maligno). Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
El cuarto misterio doloroso es que Jesús lleva la cruz, y la virtud es la paciencia en cargar nuestras cruces.
Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el
cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras
deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes
caer en la tentación, más líbranos del mal (o del maligno). Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
El quinto
misterio doloroso es la crucifixión, y la virtud es la conversión de los
pecadores, la perseverancia de los justos, y el alivio de las almas en
el Purgatorio.
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado
sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la
tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y
perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros
deudores; y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal (o
del maligno). Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
III Tercio: Los misterios gloriosos.
El primer misterio glorioso es la resurrección, y la virtud es el amor a Dios y el fervor de su servicio.
Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el
cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras
deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes
caer en la tentación, más líbranos del mal (o del maligno). Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
El segundo misterio glorioso es la ascensión, y la virtud es el ardiente deseo por el cielo, nuestro verdadero hogar.
Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el
cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras
deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes
caer en la tentación, más líbranos del mal (o del maligno). Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
El tercer misterio glorioso es el descenso del Espíritu Santo en
Pentecostés, y la virtud es la venida del Espíritu Santo sobre nuestras
almas.
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra
como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos
nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no
nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal (o del maligno).
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
El cuarto misterio glorioso es la asunción de la Santísima Virgen María a
los cielos, y la virtud es la devoción a nuestra Santísima Madre.
Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el
cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras
deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes
caer en la tentación, más líbranos del mal (o del maligno). Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
El quinto misterio glorioso es la
coronación de la Santísima Virgen María, Reina del Cielo y la Tierra, y
la virtud es la perseverancia en la gracia y el recibir la corona de la
gloria en el futuro.
Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu
voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día
dánosle hoy, y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a
nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos
del mal (o del maligno). Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es
el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios
te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
O
Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas.
La Salve:
Dios te salve, Reina y madre de misericordia, vida,
dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este
valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a
Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh
dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor
Jesucristo. Amén.
Oremos. Os pedimos, oh buen Jesús, por los
quince misterios de vuestra vida, pasión, muerte y gloria y los méritos
de vuestra Santísima Madre, que convirtáis a los pecadores, auxiliéis a
los agonizantes, libertéis a las almas del purgatorio y nos deis a todos
vuestra gracia para bien vivir y morir y vuestra
gloria para veros cara a cara y amaros durante la eternidad. Amén.