LOS
VEINTICINCO ARTÍCULOS DE FE DEL CREDO NICENO-CONSTANTINOPOLITANO:
1-
Creemos en un solo Dios, Padre omnipotente, creador del cielo y de la tierra,
de todas las cosas visibles e invisibles.
2-
Creemos en un solo Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios. Y nacido del Padre
antes de todos los siglos. Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios
verdadero; engendrado, no creado, consustancial al Padre: por quien todas las
cosas fueron creadas.
3-
Creemos que Jesucristo por nosotros los hombres y por nuestra salud descendió
de los cielos. Y por obra del Espíritu Santo se encarnó en las entrañas de la
Santísima Virgen y se hizo hombre.
4-
Creemos que Jesucristo por nosotros fue también crucificado, bajo Poncio
Pilato: padeció y fue sepultado.
5-
Creemos que Jesucristo resucitó al tercer día, según las Escrituras. Y subió a
los cielos.
6-
Creemos que Jesucristo está sentado a la diestra del Padre. Y otra vez ha de
venir con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos: y su reino no tendrá
fin.
7-
Creemos en el Espíritu Santo, Señor y vivificador: que procede del Padre y del
Hijo. El cual es juntamente adorado con el Padre y el Hijo, y conglorificado: y
habló por medio de los profetas.
8-
Y creemos en la Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica, fuera de la cual no
existe salvación alguna.
9-
Confesamos que hay un solo Bautismo, cuya materia es el agua natural y
verdadera, para remisión de los pecados. Y esperamos la resurrección de los
muertos. Y la vida del siglo venidero. Amén.
10-
Firmísimamente admitimos y abrazamos las tradiciones apostólicas y
eclesiásticas y las demás observancias y constituciones de la misma Santa Madre
Iglesia.
11-
Asimismo aceptamos la Sagrada Escritura conforme al sentido que le ha dado y le
da la Santa Madre Iglesia, a la cual toca juzgar acerca del verdadero sentido e
interpretación de las Sagradas Escrituras; y jamás las aceptaremos e interpretaremos
sino en conformidad con el unánime sentir de los Padres.
12-
Confesamos también que verdadera y propiamente son siete los Sacramentos de la
nueva Ley instituidos por Nuestro Señor Jesucristo, y que son necesarios para
la salvación del género humano, si bien no todos lo son a cada uno, a saber, el
Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía, la Penitencia, la Extremaunción, el
Orden y el Matrimonio; y que confieren la gracia, y de ellos el Bautismo, la
Confirmación y el Orden no se pueden reiterar sin sacrilegio.
13-
Aceptamos y admitimos asimismo los ritos aprobados por la Iglesia Católica para
la solemne administración de todos los Sacramentos sobredichos.
14-
Acatamos y recibimos todas y cada una de las cosas que acerca del pecado
original y de la justificación fueron definidas y declaradas en el Sacrosanto
Concilio General y Ecuménico de Trento.
15-
Igualmente confesamos que en la Misa se ofrece a Dios un verdadero, propio y
propiciatorio Sacrificio por los vivos y por los difuntos; y que en el
Santísimo Sacramento de la Eucaristía están verdadera, real y sustancialmente
el Cuerpo, y la Sangre juntamente con el alma y la divinidad de nuestro Señor
Jesucristo, y que se efectúa la conversión de toda la sustancia del pan en el
Cuerpo, y de toda la sustancia del vino en la Sangre, la cual conversión es
denominada Transustanciación por la Iglesia Católica.
16-
Confesamos también que bajo cada una de las especies se recibe a Jesucristo
total e íntegro, y un verdadero Sacramento.
17-
Firmemente admitimos la existencia del Purgatorio, y que a las almas en él
detenidas pueden los fieles ayudarlas con sufragios.
18-
E igualmente que los Santos que están reinando con Cristo deben ser venerados e
invocados, y que ellos ruegan a Dios por nosotros, y que sus Reliquias deben
ser veneradas.
19-
Afirmamos resueltamente que se deben tener y conservar las imágenes de Nuestro
Señor Jesucristo y de la Santísima Madre de Dios perpetuamente Virgen, y
también de otros Santos, y que se les ha de tributar el debido honor y
veneración.
20-
Afirmamos que Jesucristo dotó a la Iglesia de potestad para conceder
indulgencias, y que el uso de las mismas es en gran manera saludable al pueblo
cristiano.
21-
Reconocemos a la Santa, Católica y Apostólica Iglesia Romana por madre y
maestra de todas las Iglesias, y…
22-
También admitimos y profesamos sin la menor duda, cuanto han enseñado, definido
y declarado los sagrados Cánones y los Concilios Ecuménicos, y en especial el
Sacrosanto Concilio de Trento y el Ecuménico Concilio Vaticano, sobre todo
respecto del primado e infalible magisterio del Romano Pontífice, y al mismo
tiempo.
23-
Todas las cosas contrarias y cualesquiera herejías por la Iglesia condenadas y
rechazadas y anatemizadas nosotros igualmente las condenamos, rechazamos y anatemizamos.
24-
Y en virtud de todos los hechos que han acontecido en los últimos tiempos en la
Iglesia, con la infiltración masónica desde finales del siglo XIX, la
correspondiente crisis de valores y en el clero, y finalmente el Cisma de 1958,
luego del fallecimiento de Su Santidad Pío XII, Papa de la Iglesia Católica,
con el correspondiente golpe de Estado en el Vaticano y la usurpación de la Santa
Sede y la Silla de Pedro, nuestra postura es la completamente católica
(tradicionalista, ultra-montana, conservadora, pre-conciliar, católica de
siempre); porque desde el cisma de 1958, en Roma, en la ciudad del Vaticano y
en casi todas las diócesis del mundo, el clero ex-católico ha traicionado a
Cristo y a su Santa Iglesia—Cuerpo Místico de Cristo y Esposa de Cristo—y han
formado una nueva falsa “Iglesia” con una nueva falsa religión global,
mundialista y satánica, es decir, la Iglesia del Anticristo o Sinagoga de
Satanás. Por ende, nosotros jamás pensaremos seguir a esa falsa Iglesia, la
cual ha usurpado ilegalmente el nombre de “católica”, cuando en realidad es
satánica; y todos los sacerdotes que están en esa Sinagoga, son traidores, unos
Judas, hijos del diablo.
25-
Aclaramos además, que en todo lo anterior está implícito que obviamente estamos
en contra de los métodos anticonceptivos sean artificiales o naturales, así
como reconocemos al pie de la letra y sin excepciones el dogma "fuera de
la Iglesia NO hay salvación", y rechazamos los falsos bautismos (de
"sangre", de "deseo" o de lo que sea), pues sólo hay un
único bautismo (cuya materia es el agua natural y verdadera), y obviamente
también creemos en la predestinación católica, rechazando la “ignorancia
invencible”; y asimismo rechazando todas las barbaridades e inmoralidades
modernistas y progresistas, tales como el aborto inducido, la eutanasia, el
homosexualismo, la afeminación, la droga, el comunismo, el liberalismo, el
relativismo, etcétera. Creemos por ende, que la justificación se da por la fe y
por las obras, que muy pocos se salvan, pues sólo los santos van al cielo y los
buenos—pero no santos—deben pasar por el Purgatorio, para limpiar sus almas; y
que nadie se salva por méritos propios, sino por la Gracia de Dios, condenando
pues nosotros, a todas las posturas pelagianas, semi-pelagianas y
soberbias—como las que sostiene la Iglesia del Vaticano II, así como muchos
falsos “tradicionalistas”/falsos “conservadores” e incluso falsos
“sedevacantistas” y falsos “conclavistas”, que en verdad son pelagianos o
semi-pelagianos, basándose en la Constitución dogmática del Vaticano II “Lumen
Gentium” y en el herético Protocolo 122/49 o “Suprema haec sacra”—que aseveren
lo contrario. Pedimos a Dios que nos conceda la gracia y la salvación eterna.
Amén.
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