martes, 6 de abril de 2021

La fornicación es peor que la prostitución y constituye otra ruina para Occidente

Artículo de opinión: "La fornicación es peor que la prostitución y constituye otra ruina para Occidente".

La fornicación es peor que la prostitución y constituye otra ruina para Occidente. 
Por Lord Stob. 
 
La Sagrada Biblia nos advierte que debemos huir de ese terrible pecado
 
            En un artículo precedente hablé del divorcio, que el mismo debe ser evitado a toda costa; que el mismo no debe ser nunca tolerado para un católico, porque tolerar al divorcio por ejemplo, es cosa de infieles como los protestantes, musulmanes o judíos; pero nosotros los occidentales, nosotros los cristianos auténticos, tenemos la fortaleza de un tipo de matrimonio que es muy superior al matrimonio natural y común y corriente practicado por paganos, musulmanes, judíos y demás: el matrimonio canónico católico, el cual es un sacramento. No sólo es un mero contrato, sino un juramento sagrado de por vida entre varón y mujer, y que está bendecido por Dios, para que esa pareja se reproduzca y tenga muchos hijos, los cuales son bendiciones de Dios. 
            Y como vimos, el divorcio en Occidente es de lo peor que existe; peor incluso que el robo y el homicidio juntos; divorciarse significa no tener palabra, y sin palabra no hay honor y sin honor no hay nada. El honor es dignidad personal, y la dignidad personal es ser leal; la lealtad es posiblemente uno de los valores más hermosos y nobles que existen. Pero la lealtad debe ser dada hacia aquél que merezca nuestra lealtad, y ¡Ése es Nuestro Dios, Jesucristo! No es el dios-Estado, sino que es Cristo y así como Cristo es cabeza de la Iglesia, el marido es cabeza de la mujer, y por ende, Dios bendice a la familia cristiana, cuya base es el sacramento del matrimonio. Por ello, el divorcio debería ser completamente desterrado de Occidente, no bajo la acción del Estado (de éste sólo podemos esperar el mal, como por ejemplo, los divorcios exprés), sino bajo la acción de cada uno de nosotros los cristianos católicos y tradicionalistas. 
            Pero también en el artículo precedente no sólo planteé el problema, sino que propuse la solución; o mejor expresado: simplemente mostré la solución que da al cristianismo para el problema del divorcio; y esa solución se basa en dos pilares: preparación previa prematrimonial y respeto mutuo, paciencia y mucho amor durante el matrimonio. Ahora me centraré un poco más en algo que hay que evitar a toda costa para la preparación previa al matrimonio; se trata de un pecado mortal atroz y muy nocivo: la fornicación. 
            Así como el divorcio es la ruina de Occidente; la fornicación es la ruina del matrimonio y por ende, otra ruina de Occidente. 
            La fornicación se trata de llevar a cabo relaciones sexuales (cópulas carnales) fuera del matrimonio y antes de la celebración del mismo. El otro tipo de coito extramatrimonial es el adulterio; éste se produce ya sea cuando una persona casada copula con otra fuera del matrimonio, o cuando lo hace estando divorciada y “casado” con otra persona. Es decir, para el catolicismo se considera que si otra persona se “casa” de nuevo (estando vivo el cónyuge anterior), está cometiendo adulterio; eso porque para el catolicismo (el verdadero cristianismo) las personas sólo se pueden casar una vez (al menos que queden viudos); es decir, sólo la muerte disuelve el matrimonio. Éste también se puede anular, pero eso sólo puede ocurrir en casos muy excepcionales y con la autorización del Papa. 
            Pero la fornicación es un acto copulativo muy nocivo, el cual puede producirse ya sea entre la pareja que luego en definitiva se termina casando (lo cual en primera instancia podría no parecer tan malo), o bien con una pareja que al final no se terminan casando (lo cual es una deshonra aún mayor). Entre las parejas que fornican y después se terminan casando; la mayoría de esos matrimonios fracasan, aunque otros tienen suerte y se terminan llevando bien. Pero los que fracasan son porque Dios los ha castigado, por burlarse de su autoridad divina, y no esperar a casarse, para realizar el coito. Algo que, además, es muy tonto, porque si se aman tanto, ¿por qué no formalizar las cosas con seriedad y casarse? 
            La actitud de la fornicación es muy tonta y escapa a toda lógica, pero lo peor de la fornicación tal vez sea, que uno fornique con una persona que al final no termina casándose con ella. En tiempos pretéritos más decentes, si una persona cometía la osadía de fornicar con otra y los padres se enteraban; pues bien, ¡tenían que casarse! No tenían otra salida. 
            Sin embargo, actualmente la fornicación se lo ve como algo “sano”, como si fuera algo “normal” y “saludable”; cuando en realidad es una inmundicia, y una burla, no sólo a las parejas casadas y decentes, sino a Dios mismo. Es también una burla a todas las personas que son decentes y vírgenes: desde una burla a los sacerdotes, así como a los frailes, monjes y monjas, o a personas como yo que somos vírgenes pues todavía no nos hemos casado. ¿Por qué es una burla? Porque, cuando una persona fornica con otra, está estragándole la posible pareja futura de un tercero; es decir, si un varón fornica con una mujer y después se termina no casando con ella, esa mujer ya deja de ser virgen y pasa a estar “usada”. ¿Qué varón decente y serio querrá casarse con esa mujer? Yo, por ejemplo, no. ¿Y por qué alguien como yo no puedo aceptar una mujer que ya está manchada (es decir, que fue usada)? Primero, por una cuestión de igualdad de condiciones: si yo me guardé para ella, ¿por qué rayos ella no tuvo la dignidad y decencia mínima de guardarse para mí?; y segundo, porque yo no soy un “cornudo”, como para rebajarme y auto humillarme a tomar como esposa a una mujer que ya fue de otro, porque no se aguantó y fornicó con cualquiera. Si la mujer fuera viuda, ahí es otro tema, porque por más que haya tenido relaciones sexuales con otro, esos coitos fueron legales, dentro del matrimonio santo y casto. Pero aquí estoy tratando acerca de asuntos más frecuentes y no de excepcionalidades como las mujeres viudas (por ejemplo, ¿qué mujer viuda joven, existe en tiempos como estos?) 
            Así entonces, cuando una mujer fornica con un varón, se está estragando su cuerpo (se está humillando su propia honra y dignidad), pero cuando un varón fornica también está estragando su propio cuerpo, humillando su propia honra y dignidad, y peor, incluso de paso, está arruinándole la posible mujer a otro; pues si resulta que después él no se casa con esa mujer, la dejó deshonrada y manchada; y así, esa mujer se pierde de varones serios como yo; se quedará claro, con varones idiotas (“feministos”) o con algún violento golpeador, y claro, bien merecido se lo tienen esas fornicarias feministas, por entregar su intimidad al primer idiota que se les cruza por el camino. 
            Además, la inmensa mayoría de esas relaciones fornicarias implican un amor romántico frívolo y superficial, es decir, un amor falso; porque ni siquiera muchas veces se conocen bien entre sí. Simplemente se dejaron llevar por la pasión del momento y fornicaron. 
            Por supuesto, la fornicación trae consecuencias: físicas y espirituales; las físicas son en primer lugar que tu cuerpo cambia sutilmente porque dejas de ser virgen: a la mujer se le rompe el himen y al varón se le disminuye el tamaño del pene, de forma microscópica; esto demuestra que el hecho de que la mujer pierda la virginidad antes del matrimonio, es peor que el caso de que la pierda el varón. Además, también es peor para el caso de la mujer, por el hecho de que la mujer queda embarazada, mientras que el varón deja embarazada. Eso demuestra, además, que biológicamente la poliandria es muchísimo peor moralmente que la poliginia; pero esos temas sobre “orientaciones sexuales alternativas” lo dejaré para otro momento… En segundo lugar, otro cambio físico posible, tanto para el varón como para la mujer, son las enfermedades venéreas o de transmisión sexual, como por ejemplo, la sífilis o el temido virus del papiloma humano. En el caso de este último, hacemos notar como el Estado incentiva a que las niñas de nueve años sean vacunadas contra ese virus uterino, a una edad previa a que comiencen con las relaciones sexuales; porque el Estado gracias a su adoctrinamiento con la “educación sexual”, incentiva a que los niños tengan relaciones sexuales siendo niños, o siendo jóvenes adultos (lo que ellos llaman “adolescentes”; pero yo no sigo la terminología de la ONU), pero eso sí, que tengan relaciones sexuales con gente de su edad, porque si no, según el Estado eso sería “abuso”: el Estado incentiva todo lo que sea “igualitario”, porque si no para ellos, estamos ante relaciones del tipo de “dominación”, como lo son según ellos, todas las relaciones heterosexuales normales. Por eso, el Estado procura destruir el matrimonio normal (la heterosexualidad en su conjunto): para destruir a la familia. Así entonces el objetivo final del incentivo estatal de la fornicación es impedir a toda costa el matrimonio. 
            En cuanto a las consecuencias espirituales de la fornicación, consisten en manchar el alma humana con un pecado mortal; un pecado mortal que, por cierto, es estúpido e innecesario, ya que a Dios no le parece nada mal que las personas tengan relaciones sexuales; de hecho, al contrario, el Señor las estimula y desea que las parejas tengan muchos hijos, para que llenen la Tierra. Sin embargo, esas relaciones deben ser bendecidas por Dios, deben ser autorizadas por Él, y esa autorización se logra a través del sacramento del matrimonio. Dios es Padre y para casarse, se debe pedir autorización del padre, pero como el Estado se cree un dios (es decir, el Estado es un competidor de Dios), entonces es por eso que el Estado establece el “matrimonio civil”; pero no contento con establecer ese matrimonio falso, desde el propio Estado se incentiva a que las personas forniquen, que copulen fuera del matrimonio, porque así las personas se burlan de Dios. Así pues, tenemos dos burlas que las personas impías hacen ante Dios, en su cara: se burlan de Él fornicando y se burlan de Él divorciándose; y para peor, generalmente las personas que fornican (y aún peor las que conviven en concubinato prematrimonial, es decir, esa estupidez de “vivir juntos”), son las mismas que después se terminan divorciando. 
            ¿Por qué? Pues porque basaron su supuesto “romance” en un fraude de lujuria e impulso sexual barato e infantil. En verdad, reducen sus relaciones copulativas a meros onanismos mutuos; incluso, terminando en prácticas en las cuales el varón se humilla a sí mismo, no terminando donde debe terminar, sino en agujeros incorrectos o lugares indebidos. Todo eso, además, lo promueve el Estado, no sólo para mancillar la honra de la mujer, sino también para humillar al varón. Se incentiva el feminismo, que las mujeres hagan lo que quieran en el mal sentido; que sigan cualquier clase de comportamiento aberrante, sin ninguna clase de responsabilidad, puesto que después, total, el Estado ya aprobó el genocidio de bebés (el aborto inducido). 
 
Esa moda abyecta e idiota de "vivir juntos" antes del matrimonio es nefasto para el mismo; y eso es promocionado por el Estado



 
Ejemplo de malos consejos

 
Refutación a dicho mal consejo. 

            En definitiva, el Estado incentiva a que las personas permanezcan en un estado espiritual permanente de onanismo infantil; así, las personas son como si fueran eternos “adolescentes”, irresponsables, que fornican sin sentido. De hecho, lo muestran por todos los medios como si fuera de lo más normal del mundo: en telenovelas, en películas, en series, etcétera. Muchas veces he visto por televisión, como por ejemplo, están pasando una película o algo, y porque sí nomás, sin ningún motivo, surge una extraña tensión sexual entre los protagonistas, y un hombre besa a una mujer; pero me refiero de forma sinsentido, apenas sin conocerse. Y eso es algo que en verdad, aparece ya desde hace mucho tiempo por la televisión (yo casi no miro televisión ahora, así que ahora, por lo que he sabido, ya no sólo andan incentivando la fornicación heterosexual normal, sino aberraciones sodomíticas); por ejemplo, en las telenovelas de la Red Globo (Brasil)—un canal masónico—la verdad que sus supuestos “romances” son una completa desvergüenza, y siempre con la misma dinámica: los protagonistas fornican, después se separan, fornican con otros, pasan muchas “dificultades” (en realidad idioteces, que sólo son producto de la superlativa soberbia de los personajes protagonistas) y después, al final de la telenovela vuelven a quedar juntos, y al final se casan; y por cierto, los que se casan al principio de la telenovela brasileña de la Globo, se divorcian, pero los que se casan al final, esos supuestamente quedan “juntos por siempre”. Es una idiotez completa; una burla rotunda a la Iglesia Católica (porque para peor, se burlan, casándose por la Iglesia). 
            Mucho de lo que se incentiva en las películas estadounidenses, por ejemplo, es perder a propósito, porque sí nomás y sin ningún sentido, la virginidad, antes de finalizar la secundaria; y de paso, también incentivan que la universidad se torne un antro de perdición fornicaria. Infelizmente, eso no se limita a la imaginación, sino que al parecer también sucede en la vida real y no sólo en Estados Unidos; eso es por culpa de que ya desde niños, el sistema educativo estatal es mixto; en otras palabras, el sistema educativo incentiva la promiscuidad sexual ya desde la pequeña infancia: mezcla varones con niñas en la misma clase; eso lo hace en primaria, en secundaria y en la universidad. Si se siguiera la lógica, debería haber una completa segregación sexual en el sistema educativo, puesto que se supone que la institución educativa es para ser instruido, no para incentivar la lujuria de la fornicación. 
            Pero el Estado, sin embargo, promueve por todos los medios la fornicación. La secundaria e incluso la primaria, enseñan la basura de la “educación sexual” a los jóvenes y niños; y no sólo incentivando la fornicación heterosexual, sino enseñando que las desviaciones sexuales sodomíticas, entre otras, están “bien”. Pienso que actualmente la educación estatal debe ser pésima y nefasta para los niños, en virtud de tanta basura que enseñan en materia de intimidad; si ya desde mi época de la secundaria, recuerdo que iban “expertos” (médicos) a dar charlas sobre el cuco del SIDA, ahora me imagino que todo debe ser muchísimo peor. Recuerdo que por lo menos en mi época cuando iba a la secundaria, al menos entre los estudiantes, la homosexualidad era de lo peor; pero ahora, según “todos”, parece que esa aberración es aceptada como algo normal. Sin embargo, ya desde mi época de la secundaria, es verdad que algunas personas incentivaban la fornicación y también por supuesto, la pornografía. Pero yo siempre durante todo ese tiempo fui de la idea que todo eso no era más que una vergüenza; y nunca se me dio por fornicar con nadie. Y eso que yo todavía en esa época, no era tan estricto creyente católico como lo soy ahora. Así que fue Dios mismo quien me preservó del pecado inmundo de la fornicación. 
 
Típica propaganda mentirosa del gobierno y de los progres a favor de la inmundicia de la fornicación. Nótese que en esa propaganda se niega la existencia de los vírgenes. 

Yo le refuto al gubernamental y otro usuario también. En realidad los fornicarios se creen que poseen "superioridad moral" con respecto a los vírgenes, casados y viudos; pero en realidad, ¡les debería dar vergüenza! La fornicación es una BASURA.

 
            Pero sí recuerdo que ya desde aquella época, iban “expertos” a hablar en contra del SIDA y otras enfermedades venéreas; ¿y saben cuál era la solución de ellos para evitar las enfermedades de transmisión sexual? ¡El preservativo masculino! O sea, que lisa y llanamente el liceo público incentivaba a los jóvenes—a los “menores de edad”, como les llaman ellos mismos—a que fornicasen todo lo que quisieran y para no enfermarse, entonces que principalmente los varones se humillaran a sí mismos, usando el mugroso preservativo hecho de azufre. También incentivaban a las mujeres que usaran la cancerígena píldora anticonceptiva o que se auto humillaran insertándose en sus cuerpos, la inmundicia del DIU (mal llamado “dispositivo intrauterino”, cuando en realidad debería decirse “diablo intra uterino”); pero principalmente se humillaba a los varones, diciéndonos que debíamos usar el preservativo. ¿Y esto por qué? Porque el sistema estatista está diseñado todo en función de la mujer. Si nos fijamos bien, veremos que la secundaria uruguaya, comienza a los once o doce años, es decir, cuando la niña se vuelve mujer (cuando menstrúa por primera vez), pero en esas edades, los varones todavía seguimos siendo niños, ya que nosotros recién maduramos sexualmente a los trece o catorce años. Eso es una prueba irrefutable, de que el sistema educativo uruguayo está diseñado en función de la mujer y además, para humillar a los varones. 
            En definitiva, incentivan la fornicación, no sólo para postergar indefinidamente el matrimonio (y destruir la familia), sino también por su objetivo feminista supremacista, de humillar a todos los varones; y así, se nos dice que nosotros somos unos “inmundos lujuriosos” que “sólo pensamos en sexo”, lo cual obviamente es una completa mentira. Si los varones sólo pensaran “en sexo”, la humanidad no podría haber tenido tantos descubrimientos y tanto desarrollo económico y tecnológico; es una denigración evidentísima hacia el varón que se nos intente hacernos ver como que somos unos lujuriosos. La realidad, es más bien al revés, porque la mujer es la que se deja llevar por los sentimientos—y no se basa tanto en la razón, como el varón—y es la mujer la que madura menos y que es más infantil, y por ende, es la mujer la que menos puede refrenar sus impulsos, incluyendo su propia libido o impulso sexual. Entonces, con incentivar la fornicación en los varones, y decirnos que forniquemos lo que queramos, con tal de usar el mugroso preservativo hecho de azufre, en realidad, no se nos está realzando nuestra masculinidad, sino que, al contrario, ¡nos están queriendo quitar virilidad!, nos están emasculando, nos están afeminando. Y por eso es que también comienzan a surgir cada vez más invertidos sodomitas; por eso es que cada vez más personas “salen del armario”; lo que quieren es acabar con la virilidad masculina; porque así, nos quieren hacer desperdiciar semen, adentro de un tubo de azufre (el preservativo diabólico), en lugar de en la vagina de una mujer. Eso es una tremenda humillación hacia el varón. 
            Recuerdo además, que en esa misma charla de la secundaria acerca de “educación sexual”, el “experto” dijo que le escribieran papelitos con preguntas para hacerle, y un amigo mío quedó confundido con la charla y entonces escribió un papelito preguntándole “cómo hacer entonces para dejar embarazada a una mujer”; otros preguntaron otros cosas, pero yo no pregunté nada, porque la verdad que no me interesaba nada de aquello (por aquella época estaba más interesado en jugar con soldaditos de plástico, dinosaurios y autitos, y mirar dibujos animados). Entonces, sucedió que unos tontos preguntaron una cosa que le hizo enfadar al “experto”, quien suspendió la charla y se fue. Así pues, mi amigo que hizo una pregunta seria, se quedó sin saber la respuesta. Pero yo le dije que sabía la respuesta: “entonces no uses preservativo”, le dije. Y sí, como vemos lo que en verdad no quiere que suceda a toda costa el sistema educativo estatista, es el embarazo; y por eso incentivan principalmente a que los varones se humillen usando preservativo, en lugar de en todo caso, decirles que no hay que fornicar, sino esperar hasta casarse. Por cierto, obviamente esas campañas del gobierno de estar en contra del llamado “embarazo adolescente”, es una completa basura, ya que no tiene nada de malo que una mujer joven se embarace, siempre y cuando esté casada. Esa es la clave: estar casada. 
            Por ende, mi amigo por parte del “experto”, se quedó sin obtener una respuesta seria, si bien yo le dije la respuesta correcta, lo cual es una obviedad: si el preservativo masculino es para evitar embarazos y para supuestamente impedir enfermedades venéreas (lo cual no es cierto), entonces no usarlo durante la cópula servirá para dejar una mujer embarazada. Por eso yo les digo a los jóvenes: si van a fornicar (cosa que no deberían hacer), al menos tengan la mínima decencia de no usar el mugroso preservativo, así por lo menos tendrán posibilidades de dejar una mujer embarazada, ser padres y tener un poco de responsabilidad en la vida. Pero el Papá Estado no quiere que eso suceda y por ende, incentiva la fornicación al mismo tiempo que incentiva la anticoncepción. El objetivo de esto, es pudrirle el cerebro a la gente, haciéndoles creer que la cópula no está asociada a la reproducción; incluso los “expertos” dicen patrañas como que “el sexo es una forma de comunicación”. Eso son puras estupideces; la realidad es que la sexualidad es para la reproducción; y todo ello debe darse en el ámbito correcto, decente y honorable del matrimonio. 
            Continuando con esa anécdota mía del liceo, recuerdo que entre las preguntas “estúpidas” que enfadaron al “experto”—y por eso se retiró—había una que preguntaba si las lesbianas podían quedar embarazadas entre sí. Yo por esa época no sabía qué significaba la palabra “lesbiana” y entonces le pregunté a un amigo: “¿qué es lesbiana?”, y él me dijo que se trataba de mujeres homosexuales, es decir, que tenían sexo con otras mujeres. Y entonces yo dije que obviamente la respuesta a esa pregunta “estúpida” era que no, que las mujeres homosexuales no se pueden reproducir entre sí. Es decir que, en definitiva, por lo que vemos, la única preocupación del “experto” enviado por el gobierno era que los jóvenes no se reprodujeran; no importaba si algunas mujeres se volvían lesbianas o algunos varones se volvían sodomitas; tampoco importaba si algún joven quería dejar embarazada a una mujer y así tener hijos. Lo único que importaba para los “expertos” del gobierno es que los jóvenes no procrearan y todo eso bajo la excusa de “evitar” las enfermedades venéreas. Pero eso era mentira: el único objetivo de todos esos tipos de charlas sobre “educación sexual”, es que las personas jóvenes no se reproduzcan, que aprendan a usar todo tipo de métodos anticonceptivos, y que sigan fornicando de forma irresponsable. 
            Así, con ello, por un lado, incentivan la irresponsabilidad, es decir, inculcan en el cerebro que la cópula carnal no tiene ninguna consecuencia real, que la misma no sirve para la reproducción, que la misma no pasa de una especie de “forma de comunicación” entre las personas (incluso, independientemente de si son de distinto sexo o del mismo). Por otro lado, cumplen con su objetivo fundamental: bajar la población mundial. Al retrasar el matrimonio al máximo, incentivando por ejemplo que las mujeres concurran a la universidad pública (la Universidad de la República, UdelaR, o como a mí me gusta llamarle “el lupanar”), se produce que las mujeres recién se casen (o no se casen nunca) y tengan su primer hijo, recién a los treinta años. Cuanto más mayor sea la madre con respecto a su hijo, ocurrirán una serie de “ventajas” para el mundialismo. La primera ventaja y la más obvia, es que el niño tendrá mayores posibilidades de salir retrasado mental (es decir, se procura la disgenesia); la segunda ventaja es que a mayor edad de la mujer, los embarazos serán de mayor riesgo para ella misma (y así si una mujer muere en el parto, las feministas aprovecharán para hacer propaganda en contra del “machismo” y del “heteropatriarcado opresor”); y la tercera ventaja es que habrá mayor brecha generacional entre la madre y el hijo, lo cual es positivo para el mundialismo y bastante negativo para el hijo y para la familia. Lo natural es que las mujeres se casen muy jóvenes, incluso antes de los dieciocho años, y cuánto menor sea la brecha generacional entre la madre y el hijo o hija, cuanto más saludable será para esa mujer y para esos hijos, porque así estos verán a su madre como una figura dulce, amorosa y cariñosa; mientras que, si la madre es muy mayor, la verán ya casi como si fuera una abuela. Lo mismo no sucede con el padre, que no importa mucho qué edad tenga, ya que el varón para los niños (y para su esposa), siempre será la figura de autoridad. 
            Todo eso, es lo que el mundialismo quiere evitar: el matrimonio, la reproducción, la formación de la familia, la educación de los hijos, y en definitiva que el individuo piense por sí mismo. Al contrario, lo que el globalismo desea es generar personas que sean completamente dependientes del Papá Estado; y así, quieren que, por ejemplo, la madre sea una vieja con respecto a sus hijos, para que así la escuela se haga cargo del niño. Eso es muy denigrante para la mujer; pues así como el Estado siempre procura humillar al varón, lo mismo también lo hace con la mujer, a través de toda la mugre que es y representa el feminismo. 
            El feminismo no quiere que la mujer se case, el feminismo odia a las madres y también a las esposas; el feminismo odia las damas y mujeres decentes, el feminismo odia la honra de las doncellas, y el feminismo también desprecia a las viudas. Además, el feminismo procura convertir al varón en un “pollerudo” y “perrito faldero” de la femiorco. 
            Así entonces, hemos visto todas las consecuencias de la inmundicia de la fornicación, y por qué el Estado la incentiva. Puede parecer una contradicción, ya que incentivan que las personas copulen abiertamente (fornicación), pero por otro lado incentivan que las personas usen anticonceptivos para no reproducirse; y eso lo hacen porque quieren banalizar las relaciones románticas y las relaciones sexuales entre las personas. Ya no contentos el Estado, con promocionar la prostitución “formal”, procuran que básicamente, todas las mujeres se conviertan en prostitutas gratuitas y todos los varones en sus clientes gratuitos. ¿No lo ven? ¡La fornicación común es todavía más humillante que la prostitución! En ésta, por lo menos a las prostitutas se les paga por alquilar su cuerpo; sin embargo, bajo el régimen de la fornicación abierta promocionada por el Estado, todas las mujeres y los varones fornicarios, se vuelven prostitutos. Eso es lo que son: ¡prostitutos! 
            En resumen pues, la fornicación es todavía peor que la prostitución. Digamos que, en comparación, la prostitución es una actividad “decente” con respecto a la fornicación. Por eso, les recomiendo a todos los que sean solteros y leen esto: si realmente aman a su pareja, formalicen las cosas y cásense como es debido, luego por supuesto, de pensarlo muy bien; pero por favor no forniquen, porque eso tendrá consecuencias irreversibles e inevitables para su cuerpo y para su alma. Y si lo hacen, ¡les estarán haciendo un gran favor al Estado y al (((mundialismo)))! Sed decentes y castos, ¡y el Señor los recompensará con la gloria eterna! 
 
Varón, ¡no seas maricón! NO uses preservativo; si la quieres de verdad, ¡cásate con ella!

 

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